
Yo escribía mi verdad,
en un cielo azul de bondad,
sin egoísmo y humildad,
al amor que creía sin maldad.
Yo escribía dulces versos,
a la mirada que me desnudaba,
y a la dulce boca de sus besos,
que me besaba y me acariciaba.
Yo escribía al amor,
que creía era un primor,
que me regaló una flor,
con los colores del amor.
Hoy le escribo a mi verdad,
un árbol de amor e intimidad,
que se alimentó de engaños y falsedad,
dejandome ciega de mi realidad.
Hoy le escribo a mi corazón,
una carta de fe contra la adversidad,
huérfano de amor y en orfandad,
y que luche por ganar sin piedad.
Hoy le escribo a los pájaros,
que vuelan alto sin mirar hacia atrás,
con muchas ramas en su pico,
buscando las alas de un nuevo nido.
Hoy le escribo a mi alma,
que renace en cada alba,
sin rencor porque es buena,
pura, fresca y tierna.
Hoy le escribo al renacer,
a la luz que ha de embellecer,
mi vida hermosa en un amanecer,
porque decreto que floreceré.
© Emely
No hay comentarios:
Publicar un comentario