
que derrama lágrimas de dolor,
en el río de la desesperación,
donde flota cada pétalo de su flor.
Un corazón que agoniza,
entre amor y desamor,
todo se ha vuelto ceniza,
solo huele a formol.
Un corazón herido,
con la puñalada de la traición,
sólo le queda un latido,
para llegar a la convulsión.
© Emely
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