
Era blanca como la espuma,
la bruma que me envolvió,
sintiendo calor que quema,
y sus ojos apareció.
Creí que eran sus brazos,
los que sentía con amor,
eran sus alas en retazos,
que me sorprendieron sin temor.
Fue un toque celestial,
que se presentó en la noche,
la visita de mi angel guardian,
para cerrar las penas con un broche.
Mi Angel de La Guarda,
que acompaña mi alma,
besó mi cara angustiada,
y dijo, todo esta en calma.
© Emely
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