
para verte llegar a nuestra casa,
sentir tu presencia y tus brazos,
y darte el beso de bienvenida.
Un día tras otro ha llegado,
las semanas en meses y años,
y aún no te he visto entrando,
porque yo misma me he engañado.
Como ha pasado el tiempo,
y esa ventana aún abierta,
esperando tu regreso,
imposible porque has muerto.
Ya nada vale la pena,
quien llega a mi vida,
un domingo se aleja,
y deja los otros días,
en oscuridad eterna.
Todo es tan esfimero,
y lo único eterno es mi espera,
porque te seguiré esperando,
para acompañarte a la muerte.
© Emely
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