
con oleajes de ilusiones,
entre cánticos de vientos,
un amor lloraba en prisiones.
El amor soñaba despierto,
hablando en silencio,
todo era incierto,
en su mar de sentimiento.
Prisionero de sus sentimientos,
un corazón latía en el desierto,
y ya no hubo apasionamiento,
al despertar sin nada cierto.
Mar de lágrimas,
de amor, tristeza y soledad,
su orilla no alcanzará jamás,
palmeras muriendo sin novedad.
© Emely
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